Nuestra Misión
Así como María, con su presencia orante en el Cenáculo,
custodió en su corazón los orígenes de la Iglesia,
así al corazón amante y a las manos juntas de las monjas
se confía el camino de la Iglesia.
(Verbi Sponsa)
Así como María, con su presencia orante en el Cenáculo,
custodió en su corazón los orígenes de la Iglesia,
así al corazón amante y a las manos juntas de las monjas
se confía el camino de la Iglesia.
(Verbi Sponsa)